Las dos caídas: la de Berlín y la mía
Pues ya me he terminado otro libro y como últimamente andamos faltos de tiempo y de talento para escribir en el blog pues os voy a hablar de él. De él y de mí. Yo no soy muy dado a hacerme la víctima como bien puede corroborar Anniehall, pero en estos momentos tengo un pie en la tumba por culpa de alguna infección que amorosamente me ha pasado alguno de mis vástagos. Hace un par de días le comentaba a Anniehall la suerte que he tenido este año de no haberme puesto malo ningún día, pero aparte del gafe de Consu's parece que hay otras cosas que no se deben pensar y mucho menos decir...
Hoy me he despertado a las cuatro y pico de la mañana con bastante dolor de garganta y ya no he podido volver a dormir. He estado viendo alguna serie y terminando de leer el libro. Me he tomado un espidifén (algún día habrá que hablar del maravilloso espidifén) y he vuelto a despertar a Anniehall cariñosamente. El estómago me bramaba porque ya llevaba mis horas despierto y no he tenido más remedio que desayunar un rollo de canela que hizo Anniehall. Ha sido puramente medicinal, no ha sido por goloso. Aunque he de reconocer que lo he disfrutado. ¿Soy acaso culpable de deleitarme con esa pequeña alegría encontrándome como me encuentro? No hace falta que contestéis, que sois muy malos.
Bueno, que me disperso. Lo dicho, he terminado de leer 'Berlín. La caída: 1945' de Antony Beevor. He de empezar diciendo que el título es un poco engañoso porque de Berlín en sí se habla poco en el libro. Hasta dos tercios del libro no se cerca Berlín y después no está enteramente dedicado a Berlín, sino que habla más en general de los alemanes. Hay una parte final muy interesante, aunque bastante breve, en la que describe las perversiones morales de los militares capturados y como confundían la bondad o maldad de sus actos con que fueran efectivos o no para sus fines. Me hubiera gustado que esa parte fuera más larga, pero como tengo a la espera una retahila de libros de la IIGM esperando, pues seguro que tendré oportunidad de profundizar en ello.
El libro cuenta todo el avance desde el desmoronamiento del frente oriental nazi hasta la firma de la rendición por Keitel y el posterior saqueo y las violaciones. Se calcula que dos millones de mujeres alemanas fueron violadas por los soviéticos. Cuenta cómo se les había introducido mediante la propaganda a los soldados la idea de que había que devolverles con intereses todo lo que los alemanes les habían hecho a ellos. Habla de los artículos de Ehrenburg y de la educación de los soldados en los que se había sublimado el instinto de atracción sexual hacia las mujeres hacia el Estado comunista. Hay una parte en la que yo no estoy muy de acuerdo, pero tampoco soy ningún experto en el tema, que es cuando sugiere que "hay una parte oscura en la sexualidad del hombre susceptible de salir a la superficie de un modo demasiado sencillo, sobre todo en tiempos de guerra, en los que desaparecen todas las restricciones sociales y disciplinarias. [...] Tal como muestra el ejemplo del Ejército Rojo. la práctica de la violación colectiva puede llegar a ser incluso una forma de proceso de unión emocional." No creo que haya nada emocional en las violaciones ni que se hagan sin consciencia del mal que se está haciendo, pero ya digo que no soy ningún experto en el tema.
Describe de una manera que te hace percibir de manera cercana el sufrimiento de toda la gente, especialmente mujeres y niños, que quedaron atrapados en Berlín; todas las muertes absurdas por prolongar la guerra, la carrera de los soviéticos para hacerse con las instalaciones científicas y tecnológicas de Berlín, sobre todo las nucleares. El desesperado intento de Wenk por intentar salvar a todos los soldados y civiles que pudo rompiendo el cerco soviético está muy bien contado así como que los americanos podían haber llegado a Berlín y no quisieron ver lo que vendría a posteriori, o viéndolo, pero no importándoles mucho porque no era su continente. Aparecen los rusos como urdidores de engaños y con una desconfianza patológica.
En fin, que es un libro bastante interesante para los frikis de la segunda guerra mundial. A mí me sigue pareciendo mejor 'la guerra que había que ganar' porque da una visión de conjunto desde el punto de vista militar muy interesante. Ahora me estoy leyendo, bueno, ya empecé porque me quedé sin batería en el kindle, 'Una Mujer en Berlín', que es de una autora que no quiso que se supiera su nombre, y que creo que voy a tardar muy poco en leérmelo. Casualidades de la vida, resulta que esta mujer le entregó el manuscrito para que lo publicara a C. W. Ceram que es el autor de Dioses, tumbas y sabios que es un libro que me gustó un montón sobre las historias relacionadas con los descubrimientos arqueológicos. Fue uno de los primeros que me leí en libro electrónico y lo encontré de una manera casual, sin haber oído hablar de él en mi vida y ahora vuelve a aparecer. Casualidades.
Por cierto, este diario anónimo es un regalo bloguero que aprovecho para agradecerlo de corazón. No revelaré la identidad, salvo que quiera manifestarse, cosa que creo que hará porque ¡qué más da!, pero la cautela no está de más.
Hoy me he despertado a las cuatro y pico de la mañana con bastante dolor de garganta y ya no he podido volver a dormir. He estado viendo alguna serie y terminando de leer el libro. Me he tomado un espidifén (algún día habrá que hablar del maravilloso espidifén) y he vuelto a despertar a Anniehall cariñosamente. El estómago me bramaba porque ya llevaba mis horas despierto y no he tenido más remedio que desayunar un rollo de canela que hizo Anniehall. Ha sido puramente medicinal, no ha sido por goloso. Aunque he de reconocer que lo he disfrutado. ¿Soy acaso culpable de deleitarme con esa pequeña alegría encontrándome como me encuentro? No hace falta que contestéis, que sois muy malos.
Bueno, que me disperso. Lo dicho, he terminado de leer 'Berlín. La caída: 1945' de Antony Beevor. He de empezar diciendo que el título es un poco engañoso porque de Berlín en sí se habla poco en el libro. Hasta dos tercios del libro no se cerca Berlín y después no está enteramente dedicado a Berlín, sino que habla más en general de los alemanes. Hay una parte final muy interesante, aunque bastante breve, en la que describe las perversiones morales de los militares capturados y como confundían la bondad o maldad de sus actos con que fueran efectivos o no para sus fines. Me hubiera gustado que esa parte fuera más larga, pero como tengo a la espera una retahila de libros de la IIGM esperando, pues seguro que tendré oportunidad de profundizar en ello.
El libro cuenta todo el avance desde el desmoronamiento del frente oriental nazi hasta la firma de la rendición por Keitel y el posterior saqueo y las violaciones. Se calcula que dos millones de mujeres alemanas fueron violadas por los soviéticos. Cuenta cómo se les había introducido mediante la propaganda a los soldados la idea de que había que devolverles con intereses todo lo que los alemanes les habían hecho a ellos. Habla de los artículos de Ehrenburg y de la educación de los soldados en los que se había sublimado el instinto de atracción sexual hacia las mujeres hacia el Estado comunista. Hay una parte en la que yo no estoy muy de acuerdo, pero tampoco soy ningún experto en el tema, que es cuando sugiere que "hay una parte oscura en la sexualidad del hombre susceptible de salir a la superficie de un modo demasiado sencillo, sobre todo en tiempos de guerra, en los que desaparecen todas las restricciones sociales y disciplinarias. [...] Tal como muestra el ejemplo del Ejército Rojo. la práctica de la violación colectiva puede llegar a ser incluso una forma de proceso de unión emocional." No creo que haya nada emocional en las violaciones ni que se hagan sin consciencia del mal que se está haciendo, pero ya digo que no soy ningún experto en el tema.
Describe de una manera que te hace percibir de manera cercana el sufrimiento de toda la gente, especialmente mujeres y niños, que quedaron atrapados en Berlín; todas las muertes absurdas por prolongar la guerra, la carrera de los soviéticos para hacerse con las instalaciones científicas y tecnológicas de Berlín, sobre todo las nucleares. El desesperado intento de Wenk por intentar salvar a todos los soldados y civiles que pudo rompiendo el cerco soviético está muy bien contado así como que los americanos podían haber llegado a Berlín y no quisieron ver lo que vendría a posteriori, o viéndolo, pero no importándoles mucho porque no era su continente. Aparecen los rusos como urdidores de engaños y con una desconfianza patológica.
En fin, que es un libro bastante interesante para los frikis de la segunda guerra mundial. A mí me sigue pareciendo mejor 'la guerra que había que ganar' porque da una visión de conjunto desde el punto de vista militar muy interesante. Ahora me estoy leyendo, bueno, ya empecé porque me quedé sin batería en el kindle, 'Una Mujer en Berlín', que es de una autora que no quiso que se supiera su nombre, y que creo que voy a tardar muy poco en leérmelo. Casualidades de la vida, resulta que esta mujer le entregó el manuscrito para que lo publicara a C. W. Ceram que es el autor de Dioses, tumbas y sabios que es un libro que me gustó un montón sobre las historias relacionadas con los descubrimientos arqueológicos. Fue uno de los primeros que me leí en libro electrónico y lo encontré de una manera casual, sin haber oído hablar de él en mi vida y ahora vuelve a aparecer. Casualidades.
Por cierto, este diario anónimo es un regalo bloguero que aprovecho para agradecerlo de corazón. No revelaré la identidad, salvo que quiera manifestarse, cosa que creo que hará porque ¡qué más da!, pero la cautela no está de más.
Un pie en la tumba... no eres nada dado a hacerte la víctima, no, eres más bien muy dado a la tragicomedia...
ResponderEliminar¡Qué bonito! Esas enfermedades que creías erradicadas porque la infancia quedó atrás como las amigdalitis y que, al tener hijos, las recuperas fácilmente ...
ResponderEliminarMucho ánimo y a recuperarse.
Noto, Anniehall, un cierto tonillo de burla que no sé a qué viene...
ResponderEliminarGracias, Pater Familias, por los ánimos.
"Dioses, tumbas y sabios" es la novela que todos los arqueólogos leyeron de niños, yo la tengo esperando a mi churumbel, la pena es que hoy en día solo se encuentra en edición de bolsillo.
ResponderEliminarPseudosocióloga, yo me lo leí en formato digital. Supongo que en libro de bolsillo las fotos saldrán muy pequeñas. Es una pena.
ResponderEliminarEspero que te guste el diario, creo que cuenta lo que le falta al libro de Beevor, es más Beevor saca algunos trozos de ese diario.
ResponderEliminar..sé que hay una peli alemana basada en él pero no la he visto.
Yo leí Dioses, tumbas y sabios..hace siglos..debería rescatarlo.
Jolín, me vais a hacer volver a leer libros de la IIGM, con el mal cuerpo que me dejan.
ResponderEliminarYo estoy con anginas, ND, no había estado mala de la garganta desde los 10 años hasta los 32 (coincidiendo, curiosamente, con el 1º año de guardería de J, qué cosas). Ahora nadie me libra de 3 ó 4 gastroenteritis al año, y un par de anginas de esas que te tocan la campanilla.... son esas cosas que no te esperas cuando decides reproducirte.
Para mí, Tochi, que lo que te deja mal cuerpo es tener niños, no la IIGM ;P
ResponderEliminarIba a contestarte sobre estrías y michelines... pero paso, que quedaría de lo más frívolo
ResponderEliminar20 millones de rusos murieron en esa guerra. De que tenían que estar enloquecidos contra los alemanes, no me cabe duda. De que eso no disculpa nada, tampoco me cabe duda.
ResponderEliminarEs difícil pensar que nuestros queridísimos hijos son una especie de banco de pruebas de las enfermedades que nos pueden transmitir. Con la diferencia de que lo que ellos pasan en 3 días, a nosotros nos dura 3 semanas.
A veces, de ruicos que son hasta pienso que no lo hacen a posta.
Gracias, molinos, lo que llevo leído me está gustando bastante. Además, en el insomnio de esta noche he empezado a ver Apocalipsis y también hablan del libro.
ResponderEliminarTochi, los libros de la IIGM dejan mal cuerpo porque ves lo que puede ser el hombre y creo que por eso tienen tanto éxito, para intentar comprender lo que nos parece incomprensible. En cuanto a lo de las anginas, puede que las haya pillado. Tengo todo el cuerpo agarrotado y una sensación de malestar enorme. Menos mal que me han pasado pirulas los del trabajo...
NáN, por supuesto que tenían muchas cuentas que saldar. Habla en el libro además de cómo al llegar a Alemania y verla tan próspera, mucho más que Rusia, no les cabía en la cabeza por qué habían ido a invadirlos. De todas formas espero no conocer ni entender nunca la brutalidad de una guerra como esa. ¿Y tú de lo tuyo, cómo andas?
pues mira, ya ando bien; el problema es que no puedo estar sentado más de media hora. Nimiedades.
ResponderEliminarUn abrazo
Bueno, NáN, ¿algo es algo?
ResponderEliminarAy, no sé qué le veis a la segunda guerra mundial, a mí me duele solo de pensarlo.
ResponderEliminarPor cierto, yo también he caído, estoy medio afónico y miedo me da cómo estaré mañana.
Si queda algún rollo de canela, solo con fines medicinales, me lo pido :P
Pues en mi caso es intentar entender lo inentendible, intentar comprender cómo el bien y el mal que nosotros creemos valores firmes y naturales son convenciones sociales que pueden desaparecer sin más. Que la barbarie está dentro de nosotros.
ResponderEliminarAhora mismo están poniendo un documental el la 2 en el que hablan de cómo dieron los americanos inmunidad y la nacionalidad a científicos nazis a cambio de sus conocimientos.
Lectura en diagonal porque es precisamente el libro que me esoy leyendo, estrenando mi kindle con TU biblioteca. Volveré aquí cuando lo haya terminado, voy por el 20%...
ResponderEliminarEl de Dioses, Sabios y Tumbas lo tengo, pero lo tuve que conseguir en una librería de viejo porque lo habían descatalogado.
Dice ND que también lo tienes en SU biblioteca... de viejo... añado yo
ResponderEliminarPor cierto, como libro "no histórico" relacionado y con comentarios bastantes curiosos sobre la época posterior a la II Guerra Mundial, me gustó mucho "Memorias de un payaso" de Heinrich Böll.
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